El J-pop: diversidad, originalidad y el poder del público japonés
Es muy probable que, durante este año fiscal, el PIB de Japón sea superado por el de la India, y que pase a ocupar el quinto lugar en la economía mundial. Hace apenas dos años, Alemania ya había dejado atrás a Japón, y parece que esta tendencia va a continuar.
Este cambio se debe a varios factores: la población está envejeciendo, nacen menos personas, y eso hace que haya menos gente trabajando. Además, sectores como el de los servicios, que emplea a muchas personas, tienen una productividad baja. Desde los años 90, las políticas del gobierno han favorecido principalmente a grandes empresas, como los fabricantes de autos, y han dejado de lado áreas nuevas como la tecnología, la digitalización o la inteligencia artificial. Por eso, Japón ha invertido poco en innovación y ha perdido oportunidades de crear nuevos mercados.
Pero a pesar de esta situación económica, hay algo que llama la atención: el mercado de la música en Japón sigue siendo el segundo más grande del mundo, solo superado por el de Estados Unidos.
Como ya mencioné en otros artículos —en los que comparé el J-pop con el K-pop y hablé del grupo YOASOBI, que ha tenido éxito fuera de Japón—, la industria musical japonesa ha crecido de forma única. Su desarrollo se apoya en una clase media muy amplia, de más de 100 millones de personas, y ha sabido mezclar influencias de la música occidental con su propio estilo.
Una de las claves está en la cultura de los fans. En Japón, los seguidores no solo escuchan música: participan activamente en el éxito de sus artistas favoritos, y lo hacen comprando discos, asistiendo a conciertos y adquiriendo productos oficiales. Lo que antes se conocía como “actividades otaku”, que parecía algo exclusivo de unos pocos, ahora forma parte del día a día de muchas personas.
Incluso entre mis amigos y hermanas es común ver que aún compran CDs, sobre todo cuando vienen con regalos o entradas para eventos especiales, y que asisten regularmente a los conciertos de sus artistas favoritos.
Además, aunque solemos referirnos a todo como “J-POP”, en realidad este término abarca una gran variedad de géneros: desde el tradicional enka, hasta pop, punk, rock, techno o hip hop. Y dentro de cada uno, existe una enorme riqueza y diversidad de estilos.
Dicho de forma negativa, el J-POP puede parecer cada vez más encerrado en sí mismo. Pero visto desde otro ángulo, se podría decir que es un verdadero “tesoro de canciones únicas”.
Hoy en día, gracias a Internet, es más fácil que nunca descubrir música de diferentes países. Aun así, en Japón no se consume mucha música extranjera. Esto se debe, en parte, a que el propio J-POP ofrece una gran variedad de géneros adaptados específicamente al gusto japonés. (Claro, con la excepción del K-POP, que ha ganado bastante popularidad). Incluso ahora, el J-POP representa aproximadamente el 90% de las ventas musicales en Japón.
Mi relación con el J-POP
En esta ocasión me gustaría presentar —de forma breve y muy personal— algunos de los estilos y artistas únicos y diversos que escuchaba con frecuencia en mi juventud, especialmente durante los años 90 y 2000, cuando todavía me consideraba una “persona joven”.
La música y yo
La música siempre ha estado ligada a nuestras vidas. Basta con escuchar una canción de cierta época para que vuelvan a la mente recuerdos y emociones del pasado.
A mí me pasa lo mismo. A veces, me dan ganas de volver a escuchar esas canciones que marcaron mi adolescencia.
Hace 20 o 25 años, cuando yo era estudiante, Internet aún no estaba tan extendido. Escuchábamos la radio, la televisión, y conseguíamos música alquilando o comprando CDs, que luego grabábamos en casetes o MiniDiscs. No existía Spotify, YouTube ni iTunes.
En mi caso, vivía en una zona rural rodeada de montañas, sin tiendas de alquiler ni centros comerciales cerca. Y por supuesto, todavía no existían tiendas online como Amazon.
Así que solía estar pendiente de los programas de radio y televisión para descubrir nuevas canciones. Cuando visitaba la ciudad, compraba CDs de mis artistas favoritos. Un CD costaba entre 1,000 y 3,000 yenes (unos 7 a 20 dólares), así que como estudiante de secundaría con una paga mensual de apenas 2,000 a 5,000 yenes (20 a 40 dólares), no podía comprarlos tan seguido.
Hoy en día, puedes escuchar miles de canciones por solo unos pocos cientos de yenes al mes. ¡Qué época tan maravillosa para los amantes de la música!
Y como muchos otros japoneses, durante mucho tiempo solo escuchaba música japonesa. Fue recién después de cumplir los 25 años, al viajar y vivir en el extranjero, que comencé a interesarme por la música de otros países.
Aun así, las canciones que escuchaba en mi juventud siguen siendo las que más me llegan al corazón.
Recuerdo que, antes de ir a Colombia en 2013, ni siquiera sabía quién era Shakira.
Hoy, en cambio, no solo me gustan artistas conocidos de Estados Unidos o Reino Unido, sino que también disfruto mucho la música de Colombia. Escucho con frecuencia aChocQuibTown, Carlos Vives y otros artistas latinos, y tengo muchas de sus canciones descargadas en mi celular.
A veces me arrepiento de no haberles dado una oportunidad antes. Tenía prejuicios sin haberlos escuchado. Ahora me doy cuenta de lo mucho que me estaba perdiendo.
Kishidan – Una subespecie del visual kei
El visual kei es un estilo de bandas japonesas que se caracteriza por su estética extravagante: maquillaje llamativo, peinados puntiagudos, ropa teatral y una imagen ambigua, alejada de los estereotipos de género. La banda más conocida es probablemente X JAPAN, aunque en mi época los más populares eran GLAY, L’ArcenCiel y Luna Sea.
A decir verdad, nunca me interesaron mucho, así que no los escuchaba.
Sin embargo, en la secundaria me gustaba un poco Kishidan, una banda que podría considerarse una variante del visual kei. Tenían como lema “Eternamente 16”, y adoptaban la imagen de los estudiantes rebeldes de los años 80.
Sus canciones eran pegajosas y sus presentaciones, completamente fuera de lo común.
One Night Carnival / Kishidan
The Blue Hearts – Punk rock japonés
El punk rock japonés comenzó a ganar fuerza a finales de los años 80, influenciado por bandas como los Sex Pistols en Reino Unido y artistas como Iggy Pop en Estados Unidos.
Dentro de este género, The Blue Hearts son una banda legendaria. De hecho, una de sus canciones aparece en la película estadounidense de Netflix Mixtape (2021), lo que muestra su influencia incluso fuera de Japón.
Yo los escuchaba cuando iba al colegio, aunque hay que decir que eso fue ya en otra generación. Aun así, su energía sigue siendo contagiosa.
Linda Linda / The Blue Harts en la película Mixtape
Tomomi Kahara – Dance Pop Tomomi Kahara – Dance Pop
Tomomi Kahara fue una cantante alegre y talentosa, producida por Tetsuya Komuro, el gran productor musical que dominó la industria japonesa en los años 90.
Su voz aguda y vibrante tenía un brillo único. Se notaba que era una artista con talento natural.
Durante un tiempo desapareció del mundo del espectáculo, en parte por los rumores sobre su relación con Komuro. Pero recientemente ha regresado a través de YouTube, y lo sorprendente es que su hermosa voz sigue intacta.
I’m proud / Tomomi Kahara
Get Wild / TM NETWORK producido por Tetsuya Komuro en la serie de Netflix “City Hunter“
Aiko – Love Pop Music
Aiko es una cantautora que escribe y compone canciones de amor, sencillas y conmovedoras, con un estilo que recuerda a “Sugar & Spice”.
En mi época de secundaria, ella también trabajaba como locutora de un programa de radio nocturno, que yo escuchaba cada miércoles.
Recuerdo especialmente cuando mi novia de aquel entonces me regaló por Navidad el CD de aiko “Boyfriend”. Es un disco que, incluso hoy, me trae recuerdos.
Boyfriend / aiko
GO!GO!7188 – Rock japonés con fuerza y estilo propio
A principios de los años 90, las bandas de rock con mujeres al frente empezaron a destacar en Japón.
Al principio, no me llamaban mucho la atención. Sentía que muchas eran demasiado suaves o pop. Pero GO!GO!7188 era diferente.
Tenían una energía especial, una mezcla entre fuerza y melancolía. Su estilo de rock con influencias japonesas tradicionales me atrapó por completo.
Eran un trío: el baterista era hombre, pero las dos figuras principales eran mujeres. Akko escribía las letras y tocaba el bajo; Yu componía la música, cantaba y tocaba la guitarra.
También tenían un programa de radio nocturno, que yo escuchaba religiosamente todas las noches.
Koi no Uta / GO!GO!7188
Jet Ninjin / GO!GO!7188
Susumu Hirasawa (P-MODEL) – Nueva Ola japonesa
Susumu Hirasawa es un artista único dentro de la música japonesa. Muchos lo conocieron por su trabajo en la película animada Paprika (2006), donde compuso la inquietante y fascinante canción “Parade”.
Su música mezcla sonidos electrónicos, letras oníricas y atmósferas extrañas, y logra provocar sensaciones difíciles de describir. A veces me genera ansiedad, otras veces inspiración.
Aunque ya tiene 71 años, sigue siendo un artista activo y lleno de energía, y ofrece presentaciones en vivo que sorprenden.
Un detalle curioso es que toca un instrumento rarísimo llamado arpa láser, lo que refuerza su imagen de músico visionario.
Concierto de Susumu Hirasawa
Hatsune Miku – Ídolo virtual y revolución musical
Hatsune Miku no es una cantante real, sino un software de síntesis de voz basado en el motor VOCALOID de Yamaha.
Basta con escribir la letra y una melodía, y el programa genera una voz artificial. Gracias a eso, cualquiera puede convertirse en productor musical desde su computadora.
Al tener derechos de autor flexibles, muchas personas han creado miles de canciones con ella, y eso cambió por completo la forma de hacer y compartir música.
De hecho, artistas como Ayase (de YOASOBI) y Kenshi Yonezu comenzaron sus carreras creando canciones con Miku, mucho antes de ser famosos. Hoy ambos son grandes nombres de la música japonesa actual.
Last Resort / Miku Hatsune producido por Ayase
Matryoshka / Miku Hatsune producido por Kenshi Yonezu
Perfume – Tecno pop kawaii
Perfume es un grupo femenino elegante y moderno, producido por Yasutaka Nakata, quien logra combinar sonidos electrónicos suaves y sofisticados con coreografías llenas de encanto y energía.
Comenzaron como ídolos locales en Hiroshima, pero con el tiempo crecieron hasta ofrecer conciertos en países como Alemania, Francia y Reino Unido.
Su mezcla de tecno futurista y estética kawaii logró algo especial: una propuesta visual y sonora única que cruzó fronteras.
Por cierto, Yasutaka también es el productor de otra artista muy conocida: Kyary Pamyu Pamyu.
Chocolate Disco / Perfume
Yume no Hajimarinrin / Kyary Pamyu Pamyu
Ikimono Gakari – La puerta al J-POP para muchos fans del anime
En Japón, Ikimono Gakari tiene una popularidad estable dentro del mundo del J-POP. Aunque en su país no se les asocia directamente con el anime, ganaron reconocimiento mundial gracias a su participación en la banda sonora de Naruto, uno de los animes más populares de todos los tiempos.
Entre los fans del anime fuera de Japón, su canción es prácticamente un himno, así que probablemente no haga falta explicar quiénes son. Pero vale la pena recordarlos como una de esas bandas que, sin proponérselo del todo, conectaron el J-POP con el público global.
Blue Bird / Ikimonogakari
Chihiro Onitsuka – folk rock japonés
Todavía recuerdo con claridad el álbum Insomnia, que compré en mi juventud. Chihiro Onitsuka escribía sus propias letras y componía sus canciones, muchas de las cuales hablaban sobre la soledad, la ansiedad o la vulnerabilidad.
Sin embargo, sus melodías suaves y su voz profunda lograban transmitir consuelo y esperanza, incluso cuando la tristeza parecía dominar.
Me sorprendió mucho enterarme, años después, de ciertos escándalos que la rodearon —como aquel incidente en el que pateó una ambulancia y fue arrestada—. Nunca imaginé que aquella “mujer hermosa con un lado oscuro” de las canciones pudiera terminar envuelta en algo así.
Memai / Chihiro Onitsuka
Ringo Shiina – Rock Alternativo Japonés
Ringo Shiina es una de esas artistas que no puedes ignorar. Combina melodías de rock con letras literarias, simbólicas y, a veces, difíciles de interpretar.
En secundaria no entendía su música, así que simplemente la ignoré. Pero cuando volví a escucharla años después, quedé impactado por su calidad y carisma.
Su voz rasposa, su estilo inconfundible y su valentía artística me conquistaron. A veces siento que su música tiene un efecto embriagador, es como si su carisma te llega al alma.
Tsumi to Batsu / Ringo Shiina
ORANGE RANGE – Mixture Rock
ORANGE RANGE fue como una explosión de energía adolescente. No seguían reglas ni géneros fijos: mezclaban pop, rock, rap y cualquier estilo que les gustara.
Sus letras, con frases provocadoras, y sus melodías pegajosas creaban un estilo libre y descarado que no era para todos, pero a mí me encantaba.
Es difícil explicar lo que hacían con palabras, pero basta con escucharlos una vez para entenderlos. Mis amigos les gustaba cantarlas, por eso siempre que voy al karaoke me emociona mucho cantar sus canciones
Dance2 / Orange Range
Campanella de Miércoles – electro hip hop Japonés
Campanella de Miércoles (Suiyōbi no Campanella) es el grupo favorito de mi esposa. Y con razón. Sus letras mezclan referencias a personajes históricos y cuentos de hadas, pero lo hacen desde un estilo muy particular: electro hip hop elegante y experimental.
Desde que Utaha se unió como nueva vocalista, el grupo no ha dejado de crecer en creatividad. A mí me parecen más cercanos al arte vanguardista que al pop comercial, y eso los hace aún más interesantes.
Son únicos, distintos, y tienen una propuesta que va mucho más allá del típico sonido kawaii que se suele asociar a algunos grupos japoneses.
Edison / Campanella de miércoles
Dempagumi.inc – denpa Song
Es un grupo que destaca por sus disfraces llamativos, coreografías alegres y canciones aceleradas, pero detrás de todo eso hay una historia más profunda.
Las integrantes son chicas que, en el pasado, sufrieron acoso escolar o vivieron aisladas de la sociedad, lo que hace que su energía escénica tenga una carga emocional muy especial.
Sus letras, llenas de palabras que usan las chicas jóvenes, riman de forma caótica y excéntrica, lo que les da un encanto único. A eso se le suma una voz infantil que parece salida de un anime, fusionada con melodías pegajosas y casi hipnóticas.
Es una combinación que va más allá de lo kawaii. Es extraña, adictiva.
Dem Dem Pasión / Dempa Gumi.inc
En este artículo quise compartir, a modo personal y nostálgico, algunas canciones y artistas del pasado que marcaron mi juventud.
Pero lo cierto es que enJapón siguen surgiendo nuevos talentos y géneros todo el tiempo: desde enka y pop tradicional, hasta rap, reggae, rock, electrónica y hasta la comedía.
No Telephone / Horiemon (Rap)
Chome Chome / Horiemon (Enka)
Sin embargo, el contexto social y económico actual plantea un gran desafío.
Desde 2011, la población de Japón ha ido disminuyendo año tras año. En los últimos tiempos, la cifra cae en unos 600.000 habitantes por año, y se estima que en 2048 bajará de los 100 millones (hoy somos unos 125 millones).
Elon Musk escribió en su cuenta de X (antes Twitter):
“Si la tasa de natalidad no supera la de mortalidad, Japón desaparecerá. Y eso sería una gran pérdida para el mundo.”
At risk of stating the obvious, unless something changes to cause the birth rate to exceed the death rate, Japan will eventually cease to exist. This would be a great loss for the world.
Y aunque suene alarmista, lo cierto es que una población en declive afecta directamente a los mercados locales, y eso incluye al de la música. Japón tiene una economía basada en gran parte en la demanda interna, así que si hay menos gente, hay también menos consumo, menos inversión y, en consecuencia, menos espacio para sostener una industria musical tan diversa como la japonesa.
Para evitar esa caída, el J-POP debe mirar hacia fuera, igual que lo ha hecho el K-POP: abrirse al mundo, buscar nuevas audiencias, invertir hacia lo global.
El economista japonés Yusuke Narita, en uno de sus libros, compara el estado actual del país con un:
:“crucero de lujo oxidado, que se hunde lentamente.”
Una metáfora dura, pero poderosa. Japón necesita reformas urgentes en muchos ámbitos —como la seguridad social, la educación, la innovación— y también debe enfocarse en desarrollar industrias con potencial global, como la fusión nuclear, la exploración espacial o el turismo internacional.
En resumen: Japón está en una encrucijada histórica, tal vez la más importante desde la Revolución Industrial. Y aquí estamos atentos a lo que decida hacer.