Las Tiendas y el sistema de venta automática en Japón

Han transcurrido seis años desde que Amazon Go revolucionó el concepto de compras con su primera tienda sin personal en Seattle (2018). Este innovador sistema de ventas que utiliza cámaras de inteligencia artificial para facilitar el proceso de pago, prometía ser el pionero de una nueva era en el comercio minorista.

La expectativa era que, impulsadas por los avances en tecnología de la información y digital, incluyendo la inteligencia artificial, tiendas similares ganarían en el mercado global. Se anticipaba que no solo Amazon, sino también competidores como Bingo Box en China, expandirían su presencia en muchos lugares en pocos años. No obstante, para 2024, la realidad es otra, pues Amazon Go solo tiene aproximadamente 23 de este tipo de tiendas en Estados Unidos.

Por otro lado, Bingo Box en China, que implementó una tecnología parecida, logró expandir su red hasta 400 tiendas. Sin embargo, las ventas no cumplieron las expectativas y finalmente la compañía se vio forzada a cesar operaciones. En el panorama actual, las tiendas de pago sin cajero aún están en una fase de desarrollo y perfeccionamiento. Se está trabajando en nuevos sistemas que, se espera, traigan grandes cambios como el impacto que tuvo el iPhone en la popularización de las computadoras e Internet.

En Japón, la integración de sistemas de inteligencia artificial (IA) en la vida cotidiana aún se encuentra en una fase experimental, principalmente en las ciudades. Esta situación evidencia el retraso del país en el ámbito digital y tecnológico. Además el excesivo sistema de vigilancia por camaras de inteligencia artificial, asusta a las personas en las que todavía prevalece la idea de que los empleados experimentados son más confiables que las máquinas. Esta mentalidad es un freno significativo para la adopción de sistemas automatizados, como los pagos sin cajero.

Esto lo puedo comprobar con solo ir a un McDonald’s; aunque la aplicación móvil permite seleccionar menús y pagar de manera rápida, muchos clientes prefieren esperar en largas filas en lugar de utilizar estas herramientas digitales.

Incluso con la ventaja de recibir los productos más rápido que los pedidos en la caja, las personas prefieren hacer largas filas y pagar en efectivo en el cajero. Esto me lleva a reflexionar sobre la sorprendente resistencia al cambio en Japón, no solo entre las personas mayores sino también en las generaciones más jóvenes. Mientras que en otros países desarrollados la tasa de pagos sin efectivo oscila entre el 50 y el 80%, Japón se mantiene alrededor del 30%, lo que muestra la necesidad de una transformación digital más profunda y aceptada por todos los sectores de la sociedad.

A pesar de los obstáculos, los sistemas de pago sin cajero están emergiendo como una solución prometedora no solo en Japón, sino a nivel mundial. En Japón, particularmente, la adopción de métodos de pago automático y transacciones sin efectivo está ganando terreno en supermercados y tiendas de conveniencia. Esta tendencia se acelera debido a factores como la escasez de mano de obra no especializada, la reducción de costos laborales y el auge de los pagos sin contacto, impulsados en parte por la pandemia del coronavirus.

Por ejemplo, la tienda de ropa UNIQLO, destaca por su innovador sistema de pago, que consiste en colocar una canasta con productos en la caja, la registradora identifica instantáneamente los artículos mediante etiquetas de radiofrecuencia, mostrando el precio sin necesidad de escanear códigos de barras. Esta eficiencia ha reducido a la mitad el tiempo promedio de procesamiento de pagos, marcando un avance en la experiencia de compra moderna.

Comprando en UNIQLO

Y no podemos dejar de lado, las máquinas expendedoras tan populares en Japón. Desde su masiva producción en 1962, estas máquinas han revolucionado el concepto de ventas sin personal, con una impresionante cifra de 4.9 millones de unidades instaladas, la más alta en relación a la población mundial. Tienen un mercado valorado en unos 16 mil millones de dólares anuales, casi a la par con la industria del anime, las máquinas expendedoras son un pilar económico significativo. Además, han evolucionado para convertirse en centros de conveniencia en carreteras y áreas montañosas, ofreciendo desde bebidas hasta ramen, pan y dulces.

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“Siesta Akiyoshidai”, Una cafetería sin vendedores en Yamaguchi.

Como dato curioso, hasta los años 90, existían máquinas expendedoras ambulantes que vendían productos para adultos en áreas rurales, un servicio peculiar que ha ido desapareciendo con el tiempo.

La máquinas de productos para adulto en el barrio rural.

En las zonas rurales, las maquinas pulidoras automáticas de arroz representan una innovación muy ligada a nuestras costumbres. Para los que vivimos en estas áreas, es común adquirir arroz directamente de agricultores conocidos, beneficiando tanto al vendedor como al consumidor con precios más favorables.

Pulidora de arroz en mi pueblo

Dependiendo de la familia, se puede comprar por bultos de varios kilos que se almacenan sin pulir, por lo tanto a medida que se va gastando el arroz, se lleva a estas maquinas que pulen el arroz a un costo accesible y con ubicaciones convenientes, como cerca de supermercados locales, donde se pueden moler hasta 10 kg de arroz por solo 100 yenes. Esta práctica subraya la importancia del arroz en la cultura japonesa y la ingeniosa adaptación de la tecnología para satisfacer las necesidades de la vida rural.

En los últimos años, la tienda de ropa “Furugi de Ikoka” de Osaka, que significa “Vamos con ropa de segunda mano”, ha revolucionado el concepto de compras con su modelo de negocio abierto las 24 horas y sin personal.

Esta innovadora tienda, que ahora cuenta con 39 sucursales en Japón, ofrece ropa de segunda mano importada de Estados Unidos a precios accesibles. Su sistema de cajas de pago, similar al implementado por UNIQLO, junto con un eficiente sistema de vigilancia, ha demostrado ser exitoso a pesar de las preocupaciones iniciales sobre la seguridad.

Furugi de Ikoka en Osaka

Parece ser que la seguridad ha propiciado el aumento de tiendas automatizadas en Japón, especialmente aquellas que venden alimentos congelados y permiten el pago automático, va en aumento. Aunque este modelo puede ser más común en áreas rurales, su éxito en zonas urbanas se atribuye a la alta seguridad pública del país, un factor crucial para su viabilidad. A nivel mundial, son pocas las tiendas no tripuladas que confían en la moralidad humana sin depender de cámaras de inteligencia artificial o sistemas de seguridad avanzados.

Definitivamente estamos ante un ámbito de innovación complejo, estoy entusiasmado por observar como evolucionará en el futuro. Con la esperanza de que sea para bien.

”Old enough” en Netflix, programa donde niños japoneses hacen compras sin sus padres. Puede ser un símbolo de la seguridad en Japón.



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