¿Cómo los productos “hecho en Japón” se convirtieron en sinónimo de calidad y confianza?

¿Qué opinas de los productos hechos en Japón”?

Quizás tengas una imagen positiva de ellos, como que son de buena calidad, innovadores y confiables. De hecho, según una encuesta de la agencia publicitaria Dentsu en 2018 (a 20 países seleccionados entre Europa y Asia), el 82% de los encuestados respondieron que “Hecho en Japón es excelente”.

Sin embargo, esta reputación no siempre fue así. Durante los 20 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, “la calidad japonesa” era un sinónimo de producto inferior, barato pero frágil e inútil.

Un ejemplo de esta percepción se puede ver en la película “Volver al futuro III”. Cuando el protagonista Marty viaja en el vehículo DeLorean del año 1985 al 1955, el doctor Emmett se sorprende al encontrar una pieza dañada del DeLorean y dice: “No me extraña, esto es hecho en Japón”. A lo que Marty le contesta: “¿Qué dices? Los productos japoneses son los mejores”. Estas frases reflejan las opiniones generales de cada época. Es decir, entre 1955 y 1985 hubo un punto de inflexión en la calidad industrial de Japón.

Una forma de entender cómo Japón logró un gran avance en su calidad en 30 años es conocer la influencia de William Edwards Deming (1900-1993), un físico y estadístico estadounidense que viajó a Japón en 1950 para enseñar métodos de censo por encargo de la oficina del censo del gobierno de EE.UU.

Deming impartió cursos sobre control de calidad y métodos estadísticos a los empresarios japoneses, y les ayudó a mejorar la calidad de sus productos de forma notable. Sin embargo, Deming era ignorado en su propio país, donde no se valoraron sus ideas porque después de la guerra, Estados Unidos era el único país que no sufrió daños graves en su economía, su industria y sus infraestructuras.

Por eso, su principal objetivo era exportar todo tipo de productos a otros países para obtener beneficios. Además, tenía la confianza mundial en la calidad de sus productos y su objetivo era la producción en masa por encima de la calidad.

La idea de Deming les pareció inútil y contraproducente. Nadie prestó atención ni siguió su teoría. Por eso, él decidió irse a Japón, donde esperaba encontrar un lugar donde su teoría fuera más valorada.

De hecho en Japón cada año se celebra “El premio Deming” en honor a todo su trabajo. Es un galardón internacional y prestigioso que reconoce a las empresas y organizaciones que logran mejoras en el control de la calidad, otorgado por la Unión de Científicos e Ingenieros Japoneses.

Con estas nuevas ideas y conscientes de la inferioridad de sus productos industriales frente a los de la competencia (1940-1950), los japoneses se propusieron superar al menos en calidad al alto nivel de tecnología y productividad de EE.UU. Para ello, estudiaron pacientemente los productos importados de EE.UU, como los coches, máquinas y las herramientas, y aplicaron los principios de Deming para mejorar sus procesos. Así, se convirtieron en referentes mundiales de la calidad e innovación.

En el libro “The Reckoning”, escrito por David Halberstam, se hace referencia al éxito de Deming en Japón y al fuerte deseo de los japoneses de mejorar la calidad en esa época:

“Después de dos o tres meses de la primera conferencia de Deming en Japón, una empresa de cables eléctricos cuyo presidente había asistido a la conferencia informó de que la productividad había aumentado un 30% en su empresa. Otras empresas también informaron de aumentos en la productividad. La reputación de Deming se consolidó como un “sabio”.

Un gran número de empresarios japoneses se interesaron por aprender la teoría de la calidad transmitida por Deming.

Deming se sintió muy satisfecho con este caso, porque en EE.UU. nadie le hacía caso a sus ideas.”

Los japoneses compartían el objetivo común de mejorar el país, los trabajadores japoneses eran ideales para los empresarios por su resistencia mental y dedicación al trabajo. Además, tenían la característica perfecta para el método de Deming, que requería habilidades matemáticas, pues incluso los trabajadores generales tenían buena capacidad para las matemáticas básicas.

Fue así como ese encuentro contribuyó enormemente a mejorar “la calidad japonesa” y a mantener “la buena calidad” como el ejemplo del éxito del mercado automotriz https://sushirapido.sakura.ne.jp/la-carrera-del-exito-de-japon-en-el-mercado-automotriz/

A finales de los años 70, varias empresas japonesas lograron ganar terreno en el mercado mundial. Al contrario, muchas empresas estadounidenses se hundieron en una crisis financiera por descuidar la calidad. Les costó mucho perder el liderazgo mundial. Sin embargo, irónicamente, en esos mismos años surgieron dos grandes empresas en EE.UU.: Microsoft y Apple. Esto demuestra la verdadera capacidad de ese país.

Japón ha sido un líder en el desarrollo de productos innovadores, pero también ha enfrentado la competencia de otros países que han sabido adaptarse a los cambios del mercado. Un ejemplo de esto es el mercado de las cámaras digitales, donde Japón ha destacado por su tecnología óptica y la calidad de sus marcas como Nikon, Canon, Sony y Fujifilm. Sin embargo, en los últimos 10 años, el auge de los teléfonos inteligentes ha reducido la demanda de las cámaras digitales, y Japón ha perdido parte de su cuota de mercado por no ajustarse a las nuevas preferencias de los consumidores.

Hoy en día, una estrategia exitosa requiere estar atento a las tendencias y las necesidades del cambiante mercado.

Programa documental en 1980 de NBC (EE.UU.)
“Si Japón puede, ¿por qué no podemos?”

5 respuestas a “¿Cómo los productos “hecho en Japón” se convirtieron en sinónimo de calidad y confianza?”

  1. Wow que interesante este artículo!

    No había entendido la referencia de la película “volver al futuro” porque desde que tengo uso de razón he pensado que los productos de Japón son de excelente calidad. 😅

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