Continuación sobre el oscuro camino de las “Maiko”, aprendices de Geisha. 

Tiempo atrás escribí un artículo sobre la confesión de Kiyoha Kiritaka (23años) una ex Maiko (aprendiz de Geisha) en el cual confesaba que siendo menor de edad la obligaban a tomar licor con los clientes y bañarse con ellos. Después de su valiente confesión, su tweet se ha compartido hasta la fecha 130 mil veces y tiene 300 mil me gusta en Japón.

Por supuesto que le han llovido criticas llamándola mentirosa y que solo quiere fama porque ahora es escritora, sobre todo personas relacionadas al “Hanamichi” (barrio donde trabajan las Geishas y Maikos) son las que más atacan a la joven.

Ante este problema el Ministro de Salud, Trabajo y Bienestar japonés ha comentado en una rueda de prensa: “es muy importante que las Geishas y Maikos trabajen seguras en un entorno adecuado”.  Por otra parte, algunos medios de comunicación también están investigando sobre los abusos y la joven Kiritaka ha dado su testimonio a diferentes medios.

Realmente no podemos asegurar quien dice la verdad, pero es muy sospechoso que los administradores de las Geishas y Maikos no quieran dar entrevistas a los periodistas. Además, el sistema privado y de exclusividad de estos locales no permite investigar fácilmente. Solo clientes de confianza y autorizados por los dueños son bienvenidos, estos clientes se les permite llevar a otros, pero igualmente son personas “respetuosas y con mucho dinero”.

Sumado a esto las aprendices de Geisha viven en un dormitorio tradicional llamado “Okiya” y no pueden salir, ni comunicarse libremente, mucho menos tener celular. Mientras son Maiko tienen que actuar puras e ignorantes ante temas sexuales, incluso si se sienten ofendidas por los clientes solo pueden responder: “no lo entiendo”.

Si bien es cierto que ellas deciden entrar o salir de ese mundo de las Geishas, es preocupante cuando entran siendo menores de edad (15 a 20 años). A pesar que por ley el gobierno debe protegerlas, nadie asegura que las puedan obligar a tomar licor o realizar actos sexuales.

Justamente esto llevó a la señorita Kiritaka a retirarse de ese mundo. No siendo suficiente con lo sucedido, la dueña del bar le sugirió que podía tener un patrocinador para cubrir la multa por incumplimiento del contrato (retirarse), a cambio el patrocinador le pidió viajar con él y le dijo que le gustaban las vírgenes. Todo esto cuando ella solo tenía 16 años.

Al escuchar su confesión, me hace sentir en épocas pasadas donde no se protegían a los menores de edad. No podemos decir que todas las Maikos han caído en ese problema, pero ciertamente al ser un mundo tan cerrado y protegido por tradición deja mucho que pensar.

La señorita Kiritaka no odia las tradiciones japonesas, ella le gusta la ceremonia de té japonés, los arreglos florales, etc. Además, desea que la hermosa cultura de las Maikos pueda continuar bajo vigilancia y protección de las menores de edad.

Es necesario renovar y ajustar las tradiciones a cada época y sobre todo quitar esa etiqueta de que bajo cultura o tradición se venda la sexualidad de las niñas.

Entrevista de x Maiko Kiyoha Kiritaka

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